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Alfa Romeo GTV 6 2.5 vs Ford Sierra XR4i V6
Con y sin burbujas
Revista Autopista (España) Nro 1353. Junio de 1985
(Prueba disponible gracias a la amabilidad de Fernando Romani)
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El Alfa Romeo GTV 6 puede encuadrarse dentro de un segmento que desafortunadamente cada vez está más despoblado, y que engloba a los modelos denominados genéricamente como deportivos. El Sierra XR4i es el fiel reflejo de tendencias más actuales; evolución hacia esa categoría de un vehículo familiar que sin tener el mismo "pedigree" representa una opción deportiva muy a tener en cuenta
La primera diferencia se aprecia cuando analizamos su estética. No vamos a entrar ahora en gustos personales, pero, mientras el Alfa Romeo ha conseguido demostrar su carácter con una línea más homogénea, a la moda de los más genuinos Gran Turismo, con el Ford se ha decidido adornar su exterior (mejor diríamos recargar) con la adopción de múltiples aditamentos de tipo aerodinámico, que no dudamos tienen su efectividad, pero que responden más a exigencias de marketing.
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Este es sin duda el precio que hay que pagar si se quiere diferenciar un modelo como el Sierra XR4 i de sus homónimos más burgueses, aparte de responder a los gustos de un público que según las marcas, lo exigen y en nuestra modesta opinión es una «exigencia» que han creado ellas mismas.
Si exteriormente se impone
la pureza de líneas del Alfa Romeo, esta intención de mantenerse fiel a sí misma le hace estar en franca desventaja cuando los analizamos de puertas para adentro. Pero, ojo, debemos tener siempre presente el diferente carisma de ambos vehículos, y para situarnos en el punto exacto, definir al conductor para el que se ha creado cada coche.
Podríamos dividir, de modo genérico y sin tratar nunca de sentar cátedra, en dos grupos bien diferentes a los posibles y afortunados poseedores de ambos modelos.
De un lado, el padre de familia que busca un medio de transporte para él y los suyos con todas las exigencias a nivel de espacio y confort de marcha que esto trae consigo, pero sin renunciar a la posibilidad de conducir un vehículo con personalidad y que en determinadas ocasiones le permita echar una cana al aire. El segundo grupo estaría formado por aquellos que ponen el placer de conducir y el disfrute de las sensaciones que esto produce por encima de otras exigencias de tipo práctico.
Hecha esta salvedad, sólo nos queda poner a cada uno en su sitio, aunque el reparto está definido de forma clara. El XR4 i responde a las exigencias del primer tipo de conductores, mientras que el GTV 6 se lo adjudicamos a los del segundo grupo.
Familiar personalizado. El deportivo de la gama Sierra
Interior: Vence la lógica y la razón
Volviendo a las comparaciones y colocándonos frente al volante (bien diseñado en ambos contendientes pero con ventaja en el Alfa por su terminación en piel, que tiene un tacto más agradable), nos inclinamos por la postura que se consigue en el modelo italiano, gracias a unos asientos con una mayor capacidad para sujetar el cuerpo y un tapizado más lujoso, pero también más delicado, compartiendo los dos tipos de butacón una dureza similar.
El mayor defecto que le vemos al modelo italiano es que, debido a la inclinación de la luna delantera, produce una
sensación de agobio, aparte de plantear problemas cuando se utilizan los quitasoles delanteros. Si el conductor tiene una talla de la media para abajo, deberá apartar la cabeza cuando articule este accesorio, ya que precisa conducir con el volante más cerca, pues los brazos no le dan para más. El aspecto y ajuste del salpicadero del GTV también desmerece respecto al resto del coche.
Línea llamativa del GTV. Sin acusar el paso de los años
En cuanto a la habitabilidad interior, el Ford Sierra deja claros sus orígenes. Si en la altura disponible hay pocas diferencias, los 23 cm. de diferencia a favor del Sierra en la cota que define la distancia entre respaldos no deja lugar a dudas. Además, la configuración de la banqueta posterior del Alfa hace que sea un estricto cuatro plazas, mientras que en el Sierra se pueden acomodar atrás tres adultos sin excesivos problemas.
Existe mayor diferencia en el volumen del maletero, un treinta por ciento entre uno y otro, siempre a favor del Sierra y eso unido a un espacio más aprovechable.
Los alemanes son sin duda maestros a la hora de disponer los mandos. Todo está perfectamente a la mano sin necesidad de separar el cuerpo del respaldo del asiento, y cuando se actúa sobre los mandos situados en la columna de dirección, no es necesario soltar el volante.
La disposición de los mandos de climatización en el Alfa, que obliga a desplazar el cuerpo hacia delante, y la colocación de los mandos en la columna de dirección demasiado separados del volante, hacen que el Sierra se apunte la ventaja.
La instrumentación, de la misma forma que el resto del equipamiento, establece otra clara ventaja a favor del modelo alemán, y eso que hay una diferencia muy sensible en el precio, medio millón en números redondos. La climatización (por supuesto, sin recurrir al empleo del aire acondicionado, (que es de serie en el Sierra) está mejor resuelta en el Alfa Romeo. Su interior es menos caluroso, y el intercambio de aire con el exterior, más conseguido. Es quizá uno de los tributos a la aerodinámica.
Limitada capacidad del baúl del Alfa. Por culpa del depósito de combustible
Sonido, que no ruido
El confort interior en su conjunto, es mejor en el Sierra, pero nos gustaría hacer un inciso volviendo a las diferencias entre ambos vehículos. La principal diferencia debemos situarla en el nivel sonoro, que no en el nivel de ruidos. Nos explicaremos.
Para los «disfrutadores» de los placeres que puede proporcionar un vehículo, que no para los meramente «consumidores», la mecánica, aparte de andar lo que deba y reunir unas determinadas características a nivel de comportamiento, debe comunicarnos a través del sentido del oído sus buenas vibraciones.
Si sólo analizamos de forma fría y práctica el número de decibelios que emite el motor, el Alfa está menos logrado que su contrincante alemán; pero, ¿a quién le molesta oír, por poner un ejemplo claro, a Mozart o a Jethro Tull a mayor volumen de lo que las reglas de la convivencia hacen aconsejable?.
Esto es lo que ocurre con la mecánica del Alfa Romeo GTV-6. Suena más, pero para los que sentimos el automóvil, su sonido es comparable a la mejor de las sinfonías.
La visibilidad es semejante en ambos: bien hacia los lados y hacia delante, pero regular hacia atrás, uno a causa del alerón trasero demasiado voluminoso y de dudoso gusto; y el otro por la inclinación de la luneta. Otra de las pegas que se debe poner el Alfa Romeo es la situación del espejo retrovisor exterior, demasiado retrasada, lo que obliga a girar la cabeza para controlar lo que viene por atrás.
Mayor capacidad de carga en el Sierra. Pero sobre todo mayor versatilidad
Poniendo las cosas en su sitio
Si hasta ahora puede parecer que el Sierra gana por apreciable ventaja, con todo merecimiento, cuando nos ponemos en carretera las cosas no están tan claras.
Los dos coches son verdaderos tragamillas en el más
amplio sentido de la palabra, aunque el mejor reparto de pesos del Alfa Romeo, sus veinte centímetros menos de longitud (y veintiuno menos de batalla) hacen que su comportamiento sea mucho mejor en terrenos virados y puertos de montaña.
Por su parte, el Sierra se encuentra más a gusto en trazados tipo Redia y autopista, aparte de que el coche italiano, como debe ser en un auténtico deportivo, transmita de forma más acusada todas las sensaciones, lo que convierte su conducción en una ocupación mucho más divertida, aunque eso sí, también más fatigosa.
Gracias a la servodirección, cuyo empleo también se da de patadas con la definición de deportivo a la antigua usanza, la conducción del Sierra es más relajada. La dirección del Alfa se vuelve pesada, y en apoyos enérgicos tira demasiado del volante, por lo que debemos mantenerlo firmemente sujeto, traduciéndose ello en cansancio después de un tiempo de esparcimiento. Ambas precisan de las mismas vueltas de volante, tres y media, en un término medio entre una dirección rápida y otra lenta.
Los frenos nos han decepcionado en ambos modelos. El Sierra, aunque en términos generales frena mejor, tiene un recorrido de pedal excesivo; y esto si lo unimos a la defectuosa efectividad de la frenada del Alfa, hace que no podamos efectuar un juicio taxativo acerca de este apartado.
Cualquiera de los dos debe frenar más de lo que nos ha demostrado. Su arquitectura y dimensiones debe propiciarlo. Más nos inclinamos por un defecto de sangrado en el primero y el empleo de guarniciones inapropiadas en el segundo, que por un fallo congénito.
Cambio: Sin variar un ápice
Ambos modelos no pueden negar sus orígenes en este apartado. El Sierra, con su cambio preciso, quizá con un recorrido demasiado largo entre marchas y algo duras de insertar para lo que nos tiene acostumbrados el fabricante alemán, pero con un sincronizado perfecto y un embrague que facilita las operaciones.
El Alfa Romeo estropea en este apartado lo que consigue de forma brillante en otros. El cambio es duro de accionar, impreciso y lento, sobre todo en las dos primeras marchas, que si queremos introducir con rapidez rascan sistemáticamente.
El embrague, con un recorrido de pedal muy pequeño, no ayuda tampoco mucho, aunque esto se soluciona a base de costumbre o regulando la carrera del pedal de forma adecuada, actuando sobre el bombín. En la elección de los desarrollos, interviene de forma muy marcada las características de las mecánicas.
La elasticidad del motor del Sierra permite la utilización habitual de la quinta velocidad, lo que nos ha sorprendido favorablemente, pero que quizá define de forma muy clara su carácter más aburguesado.
El Alfa requiere una utilización más frecuente del cambio. Los motores de ambos son relativamente parecidos: 6 cilindros en V a 60°, con una neta diferencia en los materiales elegidos para para su construcción y el sistema de distribución (todo hierro y árbol de levas central en el Ford y todo aluminio con árboles en las culatas en el Alfa).
Mientras el motor del Sierra, como ya hemos comenta-do, se muestra más elástico, el V6 del Alfa proporciona un mejor rendimiento a partir de 4.000 r.p.m., lo que invita a mantenerlo por encima de este régimen; y lógicamente, cuando la orografía de la carretera se complica, ello se traduce en un mayor consumo. Esto se da sólo en estas circunstancias, ya que en el resto de los recorridos, los consumos han sido similares, o incluso favorables al modelo italiano.
Conclusión
Los vehículos que hemos enfrentado en esta ocasión responden de forma absoluta a lo que podemos esperar de ellos. El Alfa Romeo es uno de los últimos bastiones que nos quedan medianamente asequibles de aquella panoplia de modelos que antaño se nos ofrecían y que respondían a unas premisas definidas de forma muy clara. Sólo le falta algo más de equipamiento y de terminación para justificar un poco la diferencia de precio.
El Sierra es, digámoslo así, el tipo de sucedáneo que mucho nos tememos ocupará el lugar, que no sustituirá, a vehículos como el Alfa Romeo GTV 6, ya que en esta dirección apuntan muchos fabricantes europeos.
Curiosamente, y después de una vida comercial más bien corta, el XR-4, del que aún quedan unas pocas unidades en venta, desaparece del mercado como versión concreta al haberse remodelado la gama Sierra, con la presentación de dos variantes que toman un poco su puesto en dos facetas diferentes: el Sierra 2.0 i S con motor 4 cilindros de 115 CV., y el XR 4x4 de tracción total y (en España) carrocería 5 puertas.
En conjunto, con sus virtudes y defectos, nos quedamos con el Alfa, porque en esto como en otras muchas cosas, «los viejos rockeros nunca mueren».
Francisco José Fernández
Rendimiento en el banco de rodillos
Alfa Romeo GTV 6
Potencia máxima anunciada 160.0 CV DIN a 6.000 rpm
Potencia máxima obtenida 154.7 CV DIN a 6.500 rpm
Par máximo anunciado 21.7 mkg DIN a 4.000 rpm
Par máximo obtenido 19.1 mkg DIN a 3.500 rpm
Ford Sierra XR4i
Potencia máxima anunciada 150.0 CV DIN a 5.700 rpm
Potencia máxima obtenida 145.1 CV DIN a 5.750 rpm
Par máximo anunciado 22.0 mkg DIN a 3.800 rpm
Par máximo obtenido 21.3 mkg DIN a 3.500 rpm
Las dos mecánicas V-6 de estos modelos han demostrado comportamientos bastante diferentes. Mientras que el Ford es más «burgués» con un buen par a casi todos los regímenes, el Alfa se muestra más alegre y potente a altas revoluciones. Ninguna de las unidades probadas ha alcanzado la potencia máxima anunciada por sus fabricantes.
En el Sierra eran bastantes los kilómetros que tenía encima y ésta puede ser la principal causa. El Alfa debía estar ligeramente fuera de punto, ya que en otras ocasiones que hemos probado este motor sus resultados han sido casi siempre bastante ajustados.
Lo más característico de los dos motores es una curva de par muy plana. Cierto es que la escala que hemos escogido es bastante pequeña, pero se puede apreciar la escasa variación en par en un amplio margen de revoluciones.
Características técnicas
Alfa Romeo GTV 6 2.5 |
Motor |
Delantero longitudinal. 6 cilindros en V a 60 grados. 2.492 cm3 de cilindrada. Diámetro por carrera 88.0 x 68.3 mm. Bloque y culata de aleación ligera. Árbol de levas en culata accionado por correa dentada. Alimentación por inyección indirecta Bosch L-Jetronic. Relación de compresión 9:1. Potencia máxima 160 CV DIN a 6.000 rpm. Par motor máximo 21.7 mkg DIN a 4.000 rpm |
Transmisión |
Cambio de 5 marchas. Embrague bidisco en seco. Diámetro 190 mm. Mando hidráulico. Relaciones internas del cambio 1era 3.500:1. 2da 1.957:1. 3era 1.345:1 4ta 1.026:1. 5ta 0.780:1. Grupo final tipo cónico hipoide 4.10:1 (10/41) |
Equipo eléctrico |
Encendido electrónico. Batería de 12v y 66 Ah. Generador alternador de 65 A y 910 W |
Suspensiones |
Suspensión delantera. Ruedas independientes con dobles triángulos superpuestos, barras de torsión longitudinales, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barra de torsión antibalanceo
Suspensión trasera. Eje rígido tubular De Dion con dos brazos de empuje oblícuos convergentes sobre rótula central y posicionamiento transversal por timonería de Watt, resortes helicoidales. amortiguadores hidráulicos telescópicos y barra de torsión antibalanceo |
Dirección |
De cremallera. Desmultiplicación 21.2:1. Diámetro de giro 10.1 m con 3.5 vueltas de volante |
Frenos |
Doble circuito independiente para cada tren. Frenos delanteros de discos ventilados de 266 mm de diámetro. Frenos traseros de disco de 250 mm de diámetro. Dispositivo antiblocaje limitador trasero en función de la presión. Asistencia Master Vac. |
Ruedas |
Neumáticos Pirelli P6 de 195/60 HR15 de medida en llanta de aleación de 6 pulgadas |
Carrocería |
2 volúmenes y 3 puertas. Largo 4.26 m Ancho 1.66 m Alto 1.33 m Entre ejes 2.40 m Trocha delantera 1.37 m Trocha trasera 1.35 m Peso en orden de marcha 1.290 Kg (47% adelante y 53% detrás). Tanque de combustible de 75 litros. |
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Motor |
Delantero longitudinal. 6 cilindros en V a 60 grados. Cilindrada 2.792 cm3. Diámetro por carrera 83 x 68.5 mm. Bloque y culata de fundición. Árbol de levas (uno) en el centro de la V (accionado por piñones). Alimentación por inyección mecánica de combustible Bosch K-Jetronic. Relación de compresión 9.2:1. Potencia máxima 150 CV DIN a 5.700 rpm. Par motor máximo 22 mkg DIN a 3.800 rpm |
Transmisión |
Cambio de 5 marchas. Embrague monodisco en seco. Diámetro 241 mm. Mando mecánico. Relaciones internas del cambio 1era 3.358:1; 2da 1.809:1; 3era 1.258:1; 4ta 1:1; 5ta 0.825:1. Grupo final tipo cónico hipoide 3.62:1 (58/16) |
Equipo eléctrico |
Encendido electrónico. Batería de 12v y 43 Ah. Generador alternador de 70 A y 1000 W |
Suspensión |
Delantera de ruedas independientes tipo McPherson, resortes helicoidales, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barra de torsión antibalanceo.
Trasera de ruedas independientes tiradas con brazos de eje de articulación oblícuos, resortes helicoidales, amortiguadores hidráulicos telescópicos y barra de torsión antibalanceo |
Dirección |
De cremallera asistida. Desmultiplicación de 17:1. Diámetro de giro 10 m con 3.5 vueltas del volante |
Frenos |
Circuito independiente para cada tren. Delanteros de discos ventilados de 256 mm de diámetro. Frenos traseros de tambor de 254 mm de diámetro. Dispositivo antiblocaje limitador trasero de tipo inercial. Asistencia Master Vac |
Neumáticos |
Dunlop Súper Sport D3 de 195/60 VR 14 de medida en llantas de aluminio de 5.5 pulgadas |
Carrocería |
De 2 volúmenes y 3 puertas. Largo 4.46 m Ancho 1.73 m Alto 1.38 m. Distancia entre ejes 2.61 m. Trocha delantera 1.45 m Trocha trasera 1.47 m. Peso en orden de marcha 1.286 kg (54% adelante y 46% atrás). Tanque de combustible 60 litros |
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