En el fondo de su corazón, este cronista supo durante toda su larga vida que, si se portaba bien, algún día tendría su recompensa y llegaría a manejar un Mercedes-Benz flamante. El momento llegó y, aunque corto, fue altamente gratificante. Otro ya había sido cumplido en 1984, cuando asistió a la conmemoración de los 100 años del
automóvil y de la Daimler-Benz, en Stuttgart (y no a la aparición del primer triciclo de Benz y el carruaje de Daimler, en 1884, como dicen las malas lenguas del ambiente...).
El asunto es que el nucleamiento obligado por las crisis en la Alemania de la posguerra (la Primera) en 1926, de donde surgió la Daimler-Benz con su estrella de tres puntas y el ornato de laureles desaparecido con el tiempo fue el punto de partida para crear una raza diferente de automóviles. Que aún perdura. Realidades y leyendas fueron llevando a la caza alemana a un lugar de bien ganado privilegio en la fabricación de automóviles de alta gama, con una fama mundial, que no lastiman los altibajos de un mercado en crisis.
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La Daimler Benz siempre tuvo respuestas para ese difícil mercado. En 1982 y tras las crisis petroleras, lanzó un modelo compacto, el 190, que permaneció en oferta durante 12 años. La nueva Serie C viene en varias gamas: 180, 200, 220 y 280, cuatro motorizaciones a nafta y 3 de diésel, incluidos éstos, todos multiválvulas. Sus soluciones de seguridad son tradicionales y multicopiadas: los cascos de carrocería con deformación progresiva, el desarrollo del ABS y del airbag, el uso de la electrónica, etc. Más una inconfundible personalidad que no desaparece ni al influjo de las exigencias de la aerodinámica, que hacen de cada modelo Mercedes un bien de auténtico uso durable, que muchas veces se ha proyectado hacia las colecciones, como auténticas obras de arte.
Cada lanzamiento signó una época. Pocas veces hubo pasos hacia atrás. Excepto cuando las grandes catástrofes mundiales obligaron a recomienzos heroicos, acompañados por un pueblo alemán orgulloso de su tenacidad, capacidad de trabajo y creatividad.
El 220 actual no escapa a las generales de la ley. 190 kilogramos más pesado que el original 190, es también mayor, más fuerte, con más seguridad y también con mejores performances y rendimientos. Aun cuando a este nivel de precios el consumo de combustible es uno de los rubros menores, no deja de ser
grato para cualquier automovilista el descubrir que se está viajando sobre un avión sin alas, a un costo casi ridículo.

Todos los Mercedes Benz son elegantes. El "Elegance", además, lo es por definición
Por otra parte, hay una contra-prestación permanente por la larga vida de los automóviles Mercedes-Benz y una eterna prestancia que los revaloriza con el paso del tiempo. No es publicidad de la empresa el afirmar que, cuando un usuario de la Serie C se decida a cambiar su vehículo por otro Mercedes, al primero todavía le quedará por delante la mitad de su vida útil.
En materia de seguridad, si queda algo por inventarse, con toda seguridad Mercedes lo tendrá. El reconfortante cierre de las puertas, con su ruido seco, garantiza al mismo tiempo que en caso de accidente, su espiga cuneiforme -que asegura estanqueidad- permita que la puerta se abra, tanto para salir por los propios medios como para recibir ayuda. La pedalera se desplaza hacia adelante, en caso de choque, para no invadir el lugar de las piernas. Todas las piezas que sobresalen de la carrocería son flexibles, incluida la estrella, para citar sólo algunos puntos. Desde la llave de contacto, sistema "sevillana", con comando electrónico de apertura de puertas, hasta los 15.000 kilómetros de intervalo entre servicios (o una vez al año si se prefiere), todo rezuma calidad en este Mercedes 220 C "Elegance". Y en este caso, sin ninguna duda. la buena estrella indica el buen camino. ¿Que no es barato? Y, bueno. Allá vale unos 42 mil dólares, pero
para llegar al Primer Mundo, los socios obligados de los usuarios argentinos son la industria automotriz local y el gobierno de la estabilidad. Ya algún día será verano...
Raúl Pellegrino
Fotos: Antonio Capria

El motor del nuevo C 220; un cuatro cilindros en línea, naftero, que eroga la no despreciable tropilla de 150 pingos y permite viajar por arriba de los 210 km/h
Punto x Punto
Por primera vez en toda la historia de la Daimler-Benz, el Mercedes se ofrece en distintas versiones de equipamiento: en el caso del Compacto o Clase C, cuatro variantes definen el nivel, contra las 518 opciones que se ofrecían hasta el modelo anterior. Igualmente, ahora, con las Líneas Classique, Esprit, Elegance y Sport pueden alternarse 7 motores a nafta o diésel, más 17 opciones de color y una vasta gama de otros accesorios, a pedido.
Nadie, entonces, puede quedarse sin su Mercedes-Benz Clase C sin personalizar a gusto. Algo tienen en común: todos los motores son multiválvulas y ya vienen de serie el ABS, el airbag para el conductor y los retrovisores eléctricos calefaccionables. El que Mercedes-Benz Argentina facilitara a CORSA fue el 220 "Elegance", con caja automática de 4 velocidades y MA.

Se aprecia delante del puesto del acompañante sobre el tablero, el alojamiento del "airbag" que empequeñece la guantera, la que es complementada por el cofrecito en primer plano, entre ambas butacas
POSICION DE MANEJO. No hay dudas de que debe ser buena, con todas las posibilidades de regulación eléctrica que poseen las butacas, pero el modelo utilizado no traía regulación lumbar ni de altura del volante. Esto último no ofrecía problemas (y tal vez lo otro tampoco), ya que podía regularse en
altura, e inclinarse el almohadón para levantarlo desde atrás o sostener mejor las piernas; por supuesto, la distancia e inclinación del respaldo es casi sin límites para cualquier tamaño de persona. La altura del apoyacabezas también es regulable y los apoyacabezas traseros pueden voltearse con un botón del tablero para facilitar la visual al estacionar; luego hay que volverlos a levantar a mano, pero el dispositivo es muy útil. La conclusión es que se usó el auto por muy poco tiempo como para poder encontrar la posición ideal, que se puede memorizar. Por otra parte, los asientos son bastante duros, aunque esto lo compensa la suavidad de marcha del auto. Todo lo demás es, por supuesto, perfecto. La unidad testeada tenía airbag para el acompañante, por lo que se achicó la guantera, pero se colocó un cofrecito en el apoyabrazos rebatible, con buena capacidad para guardar cosas, además de adosársele un portavasos desmontable. La suntuosidad está presente, con tablero, consola y aplicaciones de nogal.
MOTOR. Impresionante, aun teniendo en cuenta el peso del auto, que no puede ser poco dadas sus condiciones de seguridad, fortaleza e insonoridad. Si bien el torque máximo está en las 4.000 vueltas, ya desde las 1.000 comienza a sentirse su potencia, algo que tienta a un manejo alegre al que se presta una caja de cambios automática muy bien relacionada y de suave accionar.
Sólo es objetable la respuesta al acelerador, con un "quedo" inicial que luego recupera fulminantemente, a veces con susto para el conductor, sobre todo en marcha atrás. Es aconsejable utilizar, desde cero, el freno a modo de embrague y así no hay problemas. Por lo demás, mejoró las cifras de catálogo en cuanto a aceleración, velocidad máxima y mantuvo las de consumo. Lo que no es poco.

La armonía de líneas es total, se mire por donde se mirare al Mercedes Benz C 220 Elegance, que con sus hermanos Classique, Espirit y Sport componen la serie de compactos que desde abril de 1993, reemplazaron a los 190
PRESTACIONES, TENIDA, FRENOS. Extraordinario. Si no fuera por el levísimo retumbo bajo el piso, se diría que sobrevuela los baches e irregularidades del camino. Las suspensiones trabajan impecablemente, la dirección es maravillosa y los frenos superlativos. Estos trabajaron a destajo, no es lo mismo ver un camión a lo lejos y aproximarse desde 130 / 140 km/h que llegar desde los 190 / 200. Puede asegurarse que el acercamiento es muy, muy rápido y allí los frenos se lucen. Además, todavía con tracción trasera, convoca a emociones que la generalización de la tracción delantera está haciendo olvidar. Sorprende, con su tamaño, la facilidad con que se estaciona. Y un llamado de atención: conviene vigilar el velocímetro permanentemente. Es tanta la seguridad que transmite, que sin querer se va acelerando. Si no se estuvo alerta, lo va a despertar el cruce con algún vehículo de gran porte, porque en las inmediaciones de los 200, el cimbronazo se siente, no así con los vientos laterales.
NEUMÁTICOS. Esta unidad estaba equipada con los Dunlop Sport 195/65 VR 15, aptos para velocidades superiores a los 250 km/h. Tal vez algo duros, pero que dan tranquilidad, ya que son radiales integrales de acero.
HABITÁCULO. Para 5 personas cómodas, en un ambiente grato de buen gusto y confort. La climatización (frío-calor) puede hacerse individual. El equipo de audio Mercedes-Benz con 4 parlantes, muy bueno, pero sin predisposición para CD. Todos los cinturones son inerciales; los delanteros con dispositivo pretensor y regulación de altura de anclaje. El techo solar para levantar su parte trasera o correrlo del todo es un atractivo más, así como las luces para los pasajeros posteriores. Detrás del asiento trasero, hay un botiquín de urgencia muy completo.