Aunque el público tiene la palabra con su aceptación y este coche pudiera quedarse con un sector del mercado bastante minoritario, no hay que negar que constituye una originalidad a destacar, la idea de combinar un un planteamiento semideportivo, como ofrece la carrocería Fuego, con la economía de consumo y costo de combustible de un Diesel, y la potencia y similitud de reacciones respecto de un motor de gasolina que aporta el turbocompresor.
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El Fuego es ya demasiado conocido como para que lo describamos en detalle. Digamos simplemente que los técnicos de Billancourt han colocado bajo el capó de esta coupé el mismo grupo motor que en los R-20 y R-30 Turbo diesel. Se trata de un 4 cilindros en línea de 86 x 89 mm que con una cilindrada de 2.068 cc desarrolla 88 CV a 4.250 rpm gracias a su turbo movido por los gases de escape.
De líneas muy estilizadas y un peso ligero, este Fuego es el más rápido Diesel francés
Su par máximo es de 18.5 kgm a 2.000 rpm. El turbocompresor es un Garrett, con una sobrepresión media de 0.6 atmósferas mientras que la relación de compresión geométrica es de 21.5:1. Como en las grandes berlinas turbodiésel, la alimentación está precedida por un intercambiador aire aire, destinado a reducir la temperatura del aire introducido en los cilindros, lo que tiende a mejorar el valor del par y a disminuir la emisión de humos.
El cambio es de 5 marchas, con la cuarta y la quinta
sobremultiplicadas. La relación final ofrece un desarrollo de 40.3 km/h por cada 1.000 rpm en 5ta.
La suspensión no ha variado; muelles helicoidales caída negativa y barra antibalanceo de 19 mm en adelante y eje rígido, muelles helicoidales y barra antibalanceo de 25 atrás. La dirección de cremallera es asistida de serie. Las llantas de 5.5 son de aleación ligera, con neumáticos de perfil bajo 185/65 HR 14.
Las llantas de aleación son de serie y sobre el batiente posterior, las siglas que lo identifican como Diesel. Como diferencia exterior de la versión Turbodiesel, el abultamiento en el capó, imprescindible para alojar el nuevo motor
En el anillo de velocidad de Montlhery, con dos personas a bordo, el Fuego Turbodiésel obtenía una velocidad punta de 172.5 Km/h. En cuanto a las aceleraciones, los 400 metros salida parada fueron cubiertos en 18.9s, y los 1.000 metros en 35.2s. En el cuadro adjunto se detallan los diversos resultados de las pruebas de aceleración y recuperación pero destaquemos los 19.7s obtenidos en los 400 metros con salida a 50 km/h en quinta, así como los 37.8s en los 1.000 metros.
Por supuesto, el conjunto de estas cifras no alcanza los valores obtenidos con el GTX 2 litros, que logró en Montlhery 187.2 Km/h de velocidad punta y 32s en los 1.000 metros. Sin embargo, nos acercamos a las cifras de un Fuego 1.647 cc. El Diesel es incluso 2 km/h, mas rápido, pero la, revancha de la versión a gasolina se traduce en un nervio superior con 33.4s en los 1.000 metros salida parada. En cuento a las recuperaciones, vuelve a caerse prácticamente en las mismas cifras, partiendo de 40 km/h, en cuarta, y lo mismo desde 50 km/h, en quinta. Sin embargo, en los adelantamientos, la ventaja es clara para el Diesel frente al Fuego 1647 de gasolina, Para pasar de 80 a 120 km/h, en quinta, el de gasolina necesita 19.5s, lo que corresponde a 535 metros, El Diesel ofrece cifras mejores con 15.4s y 430 metros respectivamente. Si se efectúa la misma maniobra reduciendo a cuarta, el coche de gasolina necesita 385 metros, mientras que el Diesel se conforma con 337 metros.
El uso practico del coche confirma además estas cifras y si la velocidad y las aceleraciones son ampliamente suficientes para satisfacer a un conductor medio, las recuperaciones en quinta o en el conjunto cuarta / quinta, son muy satisfactorias y agradables.
Con esto coche se tiene la sensación real de ser llevado por una máquina potente, y ello contribuye de manera espectacular a la obtención de promedios en carretera muy superiores a los que podrían esperarse de un coche de este tipo.
Salvo al ralenti o en frío, en que un Diesel se reconoce fácilmente, el funcionamiento es notablemente silencioso, lo que contribuye sustancialmente a la comodidad de uso. Aunque no es preciso utilizar a menudo el cambio de marchas, destacamos los progresos que ha realizado en cuanta o precisión.
Los consumos son muy bajos, lo que se explica por la conjunción de un CX bastante bueno y un turbo que permite la utilización sin problemas de una transmisión larga. De cualquier manera, las cifras a velocidad constante son espectaculares: se mantienen por debajo de los 4 litros cada 100 km hasta 50 km/h y por debajo de los 5 litros hasta 80 km/h. Hay que alcanzar los 120 km/h para superar los 7 litros, y no se llega a los 12 litros a 160 km/h. A partir de entonces, la curva de consumo se altera notablemente llegando a 14,5 litros e 172 km/h. En carretera, en la habitual prueba de consumo a una velocidad promedio de 75 km/h sólo hemos llegado a 5.4 litros casa 100 km, mientras que solicitando el coche al máximo rendimiento, hemos anotado 9.2 litros / 100 Km, a un promedio de más de 100 km/h.
El portón acristalado trasero permite una moderada capacidad de carga, con el inconveniente del suelo demasiado elevado
Las cualidades ruteras del Fuego Turbodiesel son las de un verdadero coche deportivo. La dirección asistida, montada de serie, es muy suave y precisa, al menos cuando no se rompe el conducto de alimentación de la bomba, lo que parece ocurrir con cierta asiduidad. La suspensión es dura y los neumáticos P6 de perfil ultrabajo no contribuyen a suavizar las reacciones. Sin embargo, la estabilidad está perfectamente asegurada y el balanceo en curva es escaso. A cualquier velocidad, el control del coche en línea recta es muy sencillo. En curva, no aparece la menor deriva, ni siquiera a velocidades muy elevadas. Se puede notar una cierta tendencia a subvirar en los casos limites aunque se puede combatir fácilmente gracias a la gran rapidez de reacciones de la dirección, que permite en caso necesario, realizar casi a voluntad un cierto sobreviraje. En suma, la conducción es a la vez fácil y particularmente eficaz, puesto que permite sacar el mejor partido del importante par motor disponible. Por su parte, los frenos son potentes y bien equilibrados.
El Renault Fuego Diesel recibe la mecánica ya experimentada en el R-30 TD y ya instalada en el R-20 TD más recientemente
El Fuego Turbodiesel tiene una presentación particularmente cuidada, con unos asientos delanteros muy confortables y envolventes -aunque no se trata de verdaderos baquets- y unos asientos traseros bastante cómodos. El salpicadero es suficientemente completo y el diseño interior de las puertas es muy útil. El equipamiento incluye, entre otras cosas, levantacristales eléctricos y mando a distancia de rayos infrarrojos del cierre de las puertas, dispositivo muy útil que sería conveniente se generalizase. Asimismo, todos los fabricantes de vehículos Diesel tendrían que prestar mayor atención al exasperante problema del repostaje, dada la deplorable tendencia del gasoil a hacer espuma.
El cuadro de instrumentación es idéntico al de las versiones de gasolina, con volante de cuero; en el centro, el manómetro de presión del turbo
En resumen, la relación prestaciones / consumo es excepcionalmente favorable en este coche, que además proporciona un placer y un confort de conducción como nunca se había logrado en un Diesel, llegando incluso a superar a los de gasolina de las mismas características.
Además, ¿por qué razón un representante o un viajante, que no lleve muestras demasiado voluminosas, o un industrial que viaje mucho, no va a preferir desplazarse con un coche que les aporte, simultáneamente, economía, seguridad, comodidad y eficacia?. No obstante, en la compra de un coche muchas veces priman cosas diferentes de la propia razón y no estamos seguros de que este coche tenga el éxito que merece (salvo en lo relativo al precio, que no es de los más bajos).
L.A.J. - Motor Press