Sorprendente. El Mitsubishi Galant VR se presenta como uno de los adversarios más temibles para la gama top entre los importados que hay en nuestro país. Con un precio apenas por debajo de los u$s 50.000, viene equipado con varios sistemas de avanzada y brinda tanto confort y performance, que puede competir sin complejos con cualquier Mercedes ó BMW.
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Motor V6 transversal con cuatro árboles de levas a la cabeza y 24 válvulas: lo que se dice, un motor de avanzada. Para controlar sus 150 CV, los frenos son de disco en las cuatro ruedas con ABS.
Otros accesorios de última generación garantizan seguridad y confort, como el airbag para el conductor y aire acondicionado automático. Control electrónico de tracción y de velocidad crucero, techo solar y dirección de potencia controlada electrónicamente completan los equipos de serie que presenta este Galant VR que, además acelera de 0 a 100 km/h en 9.2 segundos y desarrolló una máxima de más de 190 km/h en nuestra pista.

Aspecto imponente con detalles de confort y seguridad poco habituales. Aire acondicionado automático, rompenieblas en el spoiler y buena visión del instrumental
Quizás podría objetarse un estilo discutible y con reminiscencias antiguas, pero no se le puede negar personalidad y aspecto de auto importante. El sector frontal es híbrido. Con una parrilla dividida al medio que mezcla líneas curvas y rectas con aspecto retro. Tiene, sin embargo, ópticas muy estrechas y un moderno y agradable babero inferior que incluye el paragolpes y potentes faros antiniebla.
El perfil es bajo, con notable inclinación del parabrisas y la luneta y remata en una larga cola a la que le sienta muy bien el agradable spoiler con luz de seguridad incorporada.
La zona trasera está dedicada en su mayor parte a las luces. Una gran superficie refractante cubre de la tapa del baúl incorporando las luces de marcha atrás y también allí se percibe un estilo algo antiguo. De todas formas, la combinación de sectores modernos con otros superados -como las molduras del capot-, no es chocante y brinda un resultado personal e imponente. Sorprendente resultó su bajo Cx: 0.29.
Su motor V6 de 2.0 es uno de los más fraccionados del mercado, con lo que se logra un atributo más para favorecer la elasticidad. Llevar los 1.250 kilos del Galant de 40 a 120 km/h en poco más de 22 segundos es muy bueno. También es muy bueno el consumo: 8.85 km/l en ciudad y 14.70 en ruta. Valores notables si tenemos en cuenta que se trata de un auto de alta gama que, al momento de la prueba, tenía pocos cientos de kilómetros recorridos. Más allá de estas performances, el motor V6 cumple con alegría, tanto el rol deportivo, como la marcha serena a velocidad de crucero.

El Galant VR es muy confortable. Con asientos que tienen regulaciones múltiples y muy escalonadas, se logran posiciones ideales en el sector delantero. Los traseros también son cómodos y el sector permite buen espacio para las piernas. Con el teclado que hay en el apoyabrazos de la puerta del conductor se comandan eléctricamente todos los vidrios laterales y si es necesario, también los traba.
Impresiona la efectividad del aire acondicionado. Se puede programar a la temperatura deseada, a partir de lo cual solo resta disfrutarlo. Chequeando en el tablero, se puede obtener el valor de la temperatura exterior, lo cual aumenta el placer de estar adentro del Galant.
La radio AM/FM con pasacassettes, tiene sintonía electrónica. El tablero de instrumentos es muy sencillo y visible, con dos relojes principales -velocímetro y cuentavueltas- y dos pequeños -combustible y temperatura-, el resto de las indicaciones es a través de luces testigo. La posición de manejo es óptima gracias a las distintas posibilidades de regulación del asiento y al volante que puede adoptar varias posiciones.
En ciudad, el Galant se maneja ágilmente a pesar de su tamaño -4.62 metros de largo-. Las suspensiones son muy confortables y silenciosas, inclusive sobre el empedrado. Junto con la dirección que es muy suave, conforman una combinación estupenda, aún con tráfico pesado.
En la ruta el Galant es brillante. Inmejorable en curvas veloces y con una tenida muy buena, brinda mucha seguridad. Manifiesta, como ningún otro auto que probamos, esa particular sensación de parecer que anda despacio, cuando en realidad está viajando a más de 160 km/h. Además, la dirección se sigue manifestando increíblemente suave, sin perder precisión en las maniobras.

Luces traseras de gran superficie
A pesar de la cola alta y el spoiler, es aceptable la visibilidad hacia atrás. Los apoyacabezas traseros han sido redimensionados y son más bajos que lo habitual. Sin embargo, la pequeña superficie del espejo interior, traiciona este aspecto.
Los retrovisores exteriores, con regulación eléctrica interna- cumplen muy bien su cometido. El resto de la visibilidad está asegurado en todos los sentidos, a través de superficies vidriadas de generoso tamaño.
Los frenos son otro punto fuerte del Galant. Sin vicios y con notable serenidad, reaccionan eficazmente, aún bajo exigencias de piso desparejo y agua o suciedad. El Galant siempre respondió, aún ante las frenadas bruscas e insistentes. Por otra parte, el pedal mantuvo su característica de suave accionamiento.
Los cinturones de seguridad tienen varios puntos de regulación en altura y los cinco ocupantes cuentan con ellos. Son combinados e inerciales en todos los casos, salvo en el del ocupante del medio del asiento trasero que es solo de cintura.
La capacidad de las luces es tremenda. Hacia adelante, con la ayuda de los potentes rompenieblas incorporados al spoiler - babero; hacia atrás, por la amplia superficie dispuesta para los grupos lumínicos, a la que se le suma el amplio sector refractante. Notablemente visible también resulta la luz de seguridad que incorpora el deportivo spoiler trasero.
El baúl es de generosas dimensiones y por demás lógico tratándose de un modelo de gran porte. Además de la tapa de baúl correspondiente, también se tiene acceso directo a él desde el interior y al rebatir el respaldo central del asiento trasero.