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Cuando Toyota decidió tomar el toro por las astas, elaborando un verdadero plan de inserción en el mercado argentino, con la fabricación local de la Hilux cubría su oferta entre los utilitarios permitiendo por otra parte el ingreso como terminal de sus automóviles provenientes de Japón.

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La prioridad número uno era lograr una importante penetración con el modelo más vendido de la historia, el Corolla. Las ventas de la Hilux superaron las previsiones, en cambio las del contendiente en el competitivo segmento de los medianos-chicos estuvieron por debajo de las expectativas.

Se podría argumentar un sinnúmero de razones por las que el Corolla no llego a tener la demanda esperada. Seguramente una de ellas es que no contaba con una versión con motor Diesel, visto y considerando los niveles actuales de venta de los vehículos alimentados por gasoil.

El nuevo Toyota Corolla Terra 2.0 Diesel viene a llenar ese vacío, con una economía de utilización mucho menor ala del naftero, y un precio promocional de lanzamiento apenas superior a este.

Si en el test del Corolla naftero se hablaba de que presentaba un diseño exterior poco personal y un interior demasiado austero, no se puede decir otra cosa del gasolero. Es extraño, pero personalmente creo que analizado por sectores sus líneas no tienen grandes puntos cuestionables, aunque algunos encuentran en el sector frontal el blanco de sus críticas, y nosotros su punto más personal y distintivo. Sin embargo no resulta armonioso la unión del perfil y la cola con la trompa, un conjunto algo divorciado que sin embargo lejos está de crear escozor en la piel, y lo hacen merecedor de un 7,5 en el aspecto del diseño.

Ya es casi tedioso hablar de que los japoneses fallan en la presentación, como tantos otros autos de similar origen criticados en este aspecto. Ergonómicamente no tiene puntos oscuros pero ninguno de los elementos, relojes, diales, o comandos del habitáculo rompe con el molde, ofreciendo aportes originales o novedosos. Una línea de cintura baja acredita una gran superficie vidriada, y por ende una gran luminosidad interior.

Vida a bordo

En un habitáculo agradable que consiente el transporte de cinco pasajeros, el confort para los ocupantes del sector posterior tiene alguna limitación a lo ancho y en el espacio destinado a las piernas.El acceso (8) tanto adelante como atrás resulta un poco complicado por la poca distancia de los cojines con respecto al suelo.

Posición de manejo (8) correcta, aun a costa de no tener regulación de columna de dirección alguna, y butacas cómodas con regulación en altura de la parte posterior y sujeción limitada, una excelente altura de cojín a techo y volante de importantes dimensiones.

Los comandos tienen ese típico tacto y sonido de aquellos que conocimos en los primeros autos japoneses importados a comienzos de la década del '80. De aquella época parece también el instrumental (7,5), con distribución y tipografía clásicas y un importante margen de error por encima del 8%. Pero como todo panel conservador, la lectura de los caracteres es sumamente sencilla con el agregado de un pequeño display digital donde se informa la temperatura exterior, un detalle con el que el 1.6 GLi no contaba.

Entre las butacas se ubica un apoyabrazos, que es más bien un apoyacodos por su ubicación y tamaño; puede alojar objetos de mediano porte que también se pueden ubicar en otras cavidades, en la consola central a la izquierda de la columna, en la generosa guantera o en los portamapas de tamaño standard.

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Todos estos detalles, volvemos a insistir, hacen a un conjunto demasiado sobrio y austero al extremo, que no enamorará a nadie apenas se sube, pero que a la larga muestra la calidad y el cuidado en la terminación y los materiales puestas en el habitáculo, artífices de la buena calificación en confort / terminación (8).

Quien compra un gasolero, usualmente recorrerá una gran cantidad de kilómetros y pasará una buena parte del día viajando en él. El Corolla les ofrece un equipamiento (8) que sin ser completísimo, cuenta con los elementos básicos que todo conductor exige.

De serie está equipado con aire, levantavidrios adelante, dirección asistida, radio con pasacassette de buena calidad y cuatro parlantes, cinturones inerciales adelante y atrás y airbag de conductor junto a las barras laterales de protección que completan el ítem seguridad. Le faltan llantas, que hacen ala estética, para algunos el techo, el cierre a distancia y el airbag de acompañante.

El sistema de climatización (8) responde con relativa celeridad aun en esos días de playa que uno deja el auto al sol por horas y la temperatura del habitáculo sólo la resiste el lagarto Juancho. Con diales circulares, cuenta con un comando aparte para manejar la función recirculación. Resulta sumamente sencillo de manejar, eficiente y rápido ante emergencias como el empañamiento de los cristales.

Las luces se comandan desde el brazo a la izquierda de la columna, cuentan con regulación y antiniebla trasera, pero el alcance tanto de bajas como de altas es demasiado justo y baja la calificación del rubro compartido con la visibilidad (8) que no presenta puntos ciegos, ni escobillas con tendencia a flotar.

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