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Peugeot 205 GTi 1.6 - 1984
A toda pastilla
Revista Motor 16 Nro 31. Mayo de 1984
Publicado en Test del Ayer en Abril de 2012 |
Esta semana hemos probado el Peugeot 205 GTi, última versión de este modelo y de momento la única con carrocería de tres puertas, que ha sido presentada a nivel mundial durante los pasados meses de febrero y marzo en Alicante
El nuevo 205 GTi es un coche de pretensiones deportivas que quiere suceder en el corazón de los amantes de la conducción deportiva, al prácticamente desaparecido Volkswagen Golf GTi del modelo anterior, cuyas últimas unidades se han vendido bajo el nombre de Volkswagen Rabbit GTi.
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Rápido y ágil, el coche francés cuenta con las máximas posibilidades de ser ese heredero, puesto que el nuevo Golf GTi, más grande y aburguesado, responde ya a otros conceptos por más que sigue teniendo un buen nivel de prestaciones. A lo largo de la prueba, el 205 GTi nos ha demostrado que es capaz, no sólo de ir tan bien como le antiguo Volkswagen, sino de ser capaz de superarlo prácticamente en todo salvo en habitabilidad.
Establecidas sus cualidades, a los conductores españoles interesados en esta pequeña joya, nos queda el suspense de en qué condiciones se comercializará en España. Lo que es seguro es que a finales de año será presentado a los concesionarios españoles que a continuación iniciarán su venta.
Cuando menos, esas primeras unidades serán de importación. Más adelante, una vez que la carrocería tres puertas que actualmente utiliza en exclusiva el GTi haya aparecido con motorizaciones más bajas, podría darse que se iniciara también la fabricación de esta versión en la factoría de Villaverde.
En cuanto al precio, será en función de que se vaya a producir en España o no -cosa que en ningún caso ocurriría antes de otoño de 1985- que se ajuste más o menos, a fin de evitar acusadas diferencias entre quienes lo compren en los primeros momentos de su comercialización y los que lo hagan un año más tarde.
El 205 GTi va equipado con el motor 1.600 denominado XU que en España montan los Citroën BX 16. Es un motor todo en aluminio que en este modelo que nos ocupa va alimentado de inyección, gracias al cual la potencia pasa de 92 a 105 caballos como poco.
Y decimos como poco porque, según comentaban algunos técnicos de la marca, estuvieron a punto de cambiar los datos del coche y anunciarlo como de 110 caballos, puesto que la comprobación en banco de diversas unidades les demostró que la potencia estaba entre los 107 y los 110 caballos, pero siempre por encima de los 105 caballos.
Este motor es muy fino de funcionamiento, con escasas vibraciones. Tratándose de un coche de pretensiones deportivas, a la hora de insonorizar el motor se ha tenido en cuenta que al tipo de conductor a que va dirigido le gusta escucharlo. Por este motivo se ha buscado un compromiso que permite que el motor se escuche con claridad, pero sin que llegue a hacerse molesto, salvo cuando se rueda a tope de régimen.
Aunque no se le puede tachar de perezoso a bajo régimen, porque lo cierto es que se desenvuelve bien en tráfico urbano, utilizando marchas largas, lo cierto es que a partir de las 3.000 / 3.200 revoluciones por minuto se transforma, mostrando todo su nervio y potencia. A la mínima solicitación del acelerador, se ve como la aguja del cuentarrevoluciones sube con rapidez hasta que alrededor de las 6.500 revoluciones por minuto el limitador corta la inyección de carburante para evitar la "pasada de vueltas". Un motor delicioso que incita a la conducción deportiva.
El Peugeot 205 GTi es la primera versión de este modelo que utiliza carrocería de tres puertas. Las dimensiones exteriores son las mismas
El cambio es de cinco marchas. Es la misma caja de cambios que montan los 205 españoles, los Horizon, los Citroën BX, etc. Su funcionamiento es bastante bueno. Se puede cambiar rápido sin que las marchas se rasquen. La precisión de la palanca y su suavidad a la hora de engranar las marchas es correcta. A lo sumo se podría pedir un poco menos de juego lateral.
Sin perder de vista los gustos del público al que va dirigido el coche, poco preocupado de ahorrar medio litro de gasolina a los 100 kilómetros, los desarrollos son relativamente cortos, lo cual contribuye a esa rapidez de reacción del coche. En primera, se puede llegar a los 50 kilómetros por hora; en segunda a 90; en tercera a 120 y en cuarta a 160. Como se puede apreciar, un escalonamiento regular, sin grandes saltos entre las diferentes marchas, que puedan dejar el coche muerto al pasar de una a otra superior.
En este apartado el coche mantiene todas las promesas hechas por el fabricante. Roza los 190 kilómetros por hora en punta, que es la cifra anunciada, y llega a superar en algunas décimas las de aceleraciones.
En las recuperaciones se mantiene también a buen nivel, dejando atrás a coches como el Saab Turbo que probamos hace unas semanas. Como ya decíamos, si bien el motor desarrolla todo su potencial a partir de las 3.000 rpm, acepta el que se le haga recuperarse desde unas 1.200 revoluciones por minuto, manteniendo la quinta marcha, sin protestar por medio de tirones y vibraciones.
Lo mejor es que todo ese excelente nivel de prestaciones no lo cobra excesivamente a la hora de repostar. Sus consumos son bastante contenidos en todo momento. Sólo cuando se le exige a fondo sube por encima de los 10 litros, bajo los que se mantienen prácticamente siempre, incluido en ciudad, en la que el corte de la inyección por debajo de las 1.400 revoluciones por minuto en deceleración permite un considerable ahorro.
La autonomía es suficiente. En el peor de los casos se pueden superar sin problemas los 400 kilómetros.
Sobre el mismo salpicadero hay un cuadro de instrumentos diferente y más grande con una completa colección de indicadores. El volante es de estilo deportivo
En él está sobre todo la gracia del coche, puesto que si no tuviera un buen comportamiento de nada le serviría el disponer de un buen conjunto de motor - cambio de marchas.
Pensando en un mayor nivel de exigencia a las suspensiones de este coche, ambas han sido revisadas. La trasera ha sido simplemente reforzada y endurecida, mientras que la delantera ha sido modificada a fin de darle una mayor rigidez.
El comportamiento del coche es ágil y dócil. Al límite tiende a escapar de morro, como buen tracción delantera, pero admite que se pueda jugar con él. El simple hecho de levantar el pie del acelerador una vez iniciada la curva se traduce por un deslizamiento del tren trasero que queda controlado en cuanto se vuelve a acelerar. En general, es un coche que perdona todos los errores de conducción y que invita a rodar rápido, por lo fácil de su manejo y lo noble y previsible de sus reacciones.
Se conserva el sistema mixto de discos adelante y tambores atrás de los demás Peugeot 205, pero en éste los discos delanteros son ventilados. El coche frena francamente bien, aguantando sin problemas el descenso de puertos largos y pronunciados. Además, durante la frenada el equilibrio del coche es perfecto, no apareciendo en ningún momento síntoma de bloqueo de ruedas. En lo que se refiere al esfuerzo a efectuar sobre el pedal de freno, no es exagerado, aunque éste tiene un tacto duro.
La dirección es precisa y tiene una desmultiplicación adecuada. Bastan tres vueltas y tres cuartos para girar de extremo a extremo. Sin embargo, hay que criticar el que es sensible a las variaciones del régimen del motor, obligando al conductor a agarrarse fuerte al volante en las curvas para evitar que éste se le escape de las manos, volviendo rápidamente a su posición. Además, a causa de los anchos neumáticos que calza, la dirección resulta un poco pesada a coche parado.
El motor es el mismo que utilizan los Citroën BX 16, pero dotado de un sistema de inyección de combustible que le permite desarrollar los 105 caballos de potencia
El GTi es la primera versión de la gama 205 que emplea la carrocería tres puertas. El coche tiene las mismas dimensiones externas que los cinco puertas, salvo que en este caso es algo más bajo, sobre todo por causa de los retoques que ha sufrido la suspensión.
Al margen de esta diferencia, el GTi va equipado de unos aletines que dan una apariencia más deportiva. Delante, el faldón bajo el paragolpes cae de forma más vertical que en los modelos de cinco puertas, para mejorar la estabilidad a alta velocidad.
Por detrás, el faldón termina en una especie de carenado de las ruedas traseras. Las diferenciaciones externas entre esta versión y sus hermanas se completa con los faros de largo alcance colocados en el faldón delantero, en nuestra opinión demasiado expuestos a roturas y robos.
La accesibilidad es buena a las plazas delanteras y sólo mediocre a las traseras, pese al generoso tamaño de las puertas y a que los asientos se desplazan hacia adelante. En buena medida, la causa de esta dificultad puede estar en que el coche resulta bastante bajo.
De todas formas, con respecto a las versiones cinco puertas, se nota que ha habido una menor preocupación por la habitabilidad de la parte trasera, pues el usuario tipo de estos coches no suele tener necesidades de espacio. Pese a ello, dos personas adultas viajan con cierta comodidad en la parte trasera.
Delante, las plazas son amplias y confortables. Los asientos, de nuevo diseño y tapizados por el estilista Paul Bracq, a cargo de quién ha corrido la decoración de los interiores, son confortables y sujetan bien a sus ocupantes.
El baúl tiene el mismo volumen que el del modelo de cinco puertas, pudiendo también ampliarse a a base
de abatir el asiento trasero total o parcialmente.
Paul Bracq ha sido consciente de que éste es un coche dedicado a personas para las que conducir un coche es algo más que una forma de trasladarse de un sitio a otro. Ha cuidado bastante la posición del conductor de forma que éste puede ir confortablemente sentado, con todos los mandos al alcance de su mano y disponiendo de una buena visibilidad, tanto del exterior como de los diferentes instrumentos de control.
El salpicadero es común a todos los 205, pero no así el cuadro de instrumentos, que es más grande a fin de poder contener además del velocímetro y el cuentarrevoluciones -que por primera vez en un Peugeot no tiene un tamaño ridículo- lleva un termómetro de agua, otro de aceite, el manómetro de presión de aceite y el nivel de combustible.
Todo eso, además de los correspondientes testigos luminosos.
La visibilidad, como decíamos, es buena, y el alumbrado, excelente.
Al margen de la instrumentación, bastante completa, como cabe esperar de un modelo destinado a gente que va a rodar rápido, el equipamiento del 205 GTi es normal.
Peugeot ha preferido dejar en opción detalles como levantacristales eléctricos y demás, a fin de no hacer subir el precio excesivamente.
No es precisamente la búsqueda del confort lo que más ha preocupado a los técnicos de este coche, sino la buena estabilidad.
La suspensión es, por tanto, bastante dura, aunque lo cierto es que, ayudada por los buenos asientos, al menos en la parte delantera, el confort no es malo. Además, el coche vira muy plano, lo que siempre influye positivamente en la comodidad de los pasajeros, particularmente los de atrás, cuando se viaja en zona de curvas.
Hay que señalar el defecto común a todos los 205 de la escasa ventilación, que obliga a hacer funcionar casi constantemente el ventilador, afortunadamente no muy ruidoso.
El acabado es bueno, no se descubren grandes defectos en el ajuste de las piezas, pero no hay que perder de vista el que a pesar de todo es un coche de gran serie.
En cuanto a la presentación, Peugeot ha hecho un considerable esfuerzo para salirse de su tradicional sobriedad, que en la mayoría de los casos se convertía en tristeza.
Es difícil poder establecer la relación valor / precio cuando todavía no es seguro cual va a ser el que tenga este coche en España. Pero jugando con el que estimamos que debería tener, consideramos que puede ser la oferta mas interesante del mercado para los que buscan un coche vivo, ágil, de altos rendimientos.
Por Sergio Piccione
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