Si hubiese que definirlo por su aspecto es posible sostener que se trata de un típico auto del DTM alemán, pero para andar por la calle. Su aerodinámica está muy cuidada y se destacan los faldones, los deflectores y las molduras que en todas las zonas bajas le generan mayor imagen de fuerza.

Tiene varios detalles sutiles como el escape cromado, un pequeño alerón sobre la tapa del baúl y la sigla ST que resume de qué se trata.

En general, el interior es acogedor; con buenos materiales y terminaciones, aunque en esta versión en particular hay varios elementos que lo personalizan, como por ejemplo los cubrezócalos y el volante con la sigla ST grabada.

Con respecto al espacio disponible, como en todo Mondeo, es generoso, tanto adelante como atrás.

El conductor puede encontrar una cómoda y eficaz posición de manejo gracias a las dos regulaciones del volante y de la butaca, con reglaje eléctrico variable en ocho posiciones. En este sentido la gran virtud del asiento del conductor es la correcta sujeción lateral, que resulta muy necesaria cuando se encaran curvas veloces.

Todos los comandos están a mano y, en general, son de buen tamaño y fácil accionamiento. El baúl ofrece 500 dm3: buena capacidad que además permite ampliarse al abatir los respaldos en forma asimétrica.

Como se dijo, los materiales utilizados son de buena manufactura y no se oyen ruidos molestos, al menos en condiciones de manejo normales. Tampoco se filtra aire por los burletes.

He aquí la novedad más importante y es donde el Mondeo obtiene las más altas calificaciones. El nuevo propulsor turbodiésel es un cuatro cilindros de 2.198 cm3 con 16 válvulas que desarrolla 155 caballos y nada menos que 40,7 kgm de torque a 1.800 rpm. Por supuesto que está alimentado por un sistema de inyección directa Common Rail de última generación, además de un turbo de geometría variable con función overboost que, en un lapso de aproximadamente 30 segundos, le permite mantener el torque de 40,7 kgm en procesos de aceleración.

Si se lo compara con el modelo de 130 CV, que equipa a las versiones Ghia, las diferencias se notan, sobre todo, en lo que respecta a elasticidad, aceleración, velocidad y consumo. Pero lo más importante es su correctísimo funcionamiento y cómo entrega la potencia.

Su nivel de prestaciones satisface al punto de poner en aprietos a más de un modelo naftero del mismo tamaño. Girando a 1.500 rpm ya dispone de suficiente respuesta para cualquier conductor medianamente exigente, y su nivel de insonorización es muy bueno: casi no se percibe que se trata de un diésel. Esta versión adopta nuevos materiales desarrollados por Jaguar que atenúan considerablemente la acústica.

Con el nuevo motor la velocidad máxima alcanzada fue de 218,3 km/h girando a 3.750 rpm, cabe aclarar que a esa velocidad el velocímetro indica 230 km/h. Según el fabricante, puede alcanzar los 223 km/h reales. Tal vez con el motor más ablandado pueda acercarse a esa cifra. La unidad de prueba era 0 km y apenas llegamos a realizarle poco más de 2.000 kilómetros.

Por su parte, la aceleración de 0 a 100 km/h fue de 9s9 y los mil metros los cubrió en 30,9 segundos. Con respecto al consumo, el promedio obtenido fue levemente superior a los 15 kilómetros por cada litro de gasoil.

Otra virtud de este nuevo ST TDCi es su elasticidad. Acoplado a una caja manual de 6 velocidades, puede ir de 80 a 120 km/h en quinta marcha en sólo 10,7 segundos.

Las claves de sus virtudes en este ítem tienen que ver con un paquete de suspensiones más rígidas que fueron estudiadas para un nivel de exigencia más deportivo. Son sólidas, firmes y reflejan un comportamiento más áspero con respecto a la versión convencional. De cualquier modo, el confort de marcha es muy satisfactorio. Cuando se viaja en ruta saca a relucir todo su potencial, ya que es posible abordar curvas veloces con un nivel de solvencia digno de ser destacado.

También, el centro de gravedad es más bajo y juegan un papel preponderante los neumáticos Continental, con medida 225 con perfil 40, calzados sobre las singulares llantas de 18 pulgadas. Con el control de estabilidad desconectado es un auto muy divertido de manejar, ideal para llevarlo a un circuito y despuntar el vicio. Tanto en lo derecho como en curvas de diferente radio, muestra una conducta intachable.

La dirección es rápida y precisa, pero su radio de giro resulta levemente excesivo. Cabe destacar el volante forrado en cuero con excelente grip. Debido al nivel de rigidez, el despeje del piso resultó adecuado aunque hay que manejarlo con cuidado en caminos muy irregulares.

A ello hay que sumarle la electrónica con un ESP que se conecta cuando es realmente necesario. Aunque la luz testigo puede llegar a encenderse cuando se acelera sobre un piso muy irregular. Por otra parte, cuenta con airbags frontales de dos etapas, laterales y de cabeza, como también con poderosas luces de xenón, cinco apoyacabezas; los delanteros activos.

Cuenta con frenos de alto poder con cuatro discos y ABS, EBD y EBA. Las distancias certifican su capacidad ya que en sólo 37, 4 metros se detiene desde 100 km/h. La dosificación del pedal ofrece un tacto firme y, ante reiteradas solicitaciones, el sistema responde con creces. Salvo por la limitada visibilidad trasera, esta versión aprueba con buena nota.

A 117.500 pesos se ubica como el vehículo más potente del segmento, con comportamiento ejemplar y equipamiento adecuado. El modelo de la marca francesa ($ 114.500), con 136 CV y caja de seis marchas, tiene prestaciones de un nivel muy inferior pero equipamiento adecuado y línea muy atractiva. El de la firma alemana ($ 130.070), con 140 CV, se muestra a medio camino en prestaciones, por encima del Peugeot y debajo del Ford, y su nivel de equipamiento es satisfactorio.

No cabe duda que el Mondeo tiene suficientes argumentos para pelear sin complejos, sólo basta saber si la red de concesionarios está dispuesta a convencer a los potenciales usuarios de las virtudes de este flamante modelo.

• Prestaciones y rendimiento del motor
• Comportamiento dinámico y de suspensiones
• Calidad de terminación
• Insonorización del motor